Educador Humanista
Educador Humanista en Clases
Muchos piensan que tener un conocimiento especializado en un campo específico o materia es suficiente para ser un gran educador. Pero la realidad es que es importante acompañar el conocimiento especializado con conocimiento pedagógico y características humanistas pues son éstas las que pueden garantizar una enseñanza y un aprendizaje significativo en los estudiantes. Por tanto, es importante que un educador se mantenga actualizado participando en talleres y adiestramientos de desarrollo profesional dirigidos a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Todos los seres humanos anhelamos en un momento dado vivir experiencias agradables y sanas, que nos conduzcan a grandes logros personales y profesionales, y es en la sala de clases donde se comienzan a forjar esas experiencias educativas y sociales que impactarán la vida de una persona, y con probabilidad de forma permanente. Por eso, el trato y la actitud que asuma un educador frente a sus estudiantes puede marcar de manera positiva o negativa la vida de un estudiante. Un educador debe ser cuidadoso todos los días en su relación con sus estudiantes. El respeto y la empatía, más que nada, debe estar presente.
Un gran educador es aquél que es humanista y que posee cualidades o características que lo hacen ser muy especial. Algunas de éstas son:
1. Se identifica con su estudiantes porque su sentimiento de empatía está desarrollado.
2. Identifica rápidamente las fortalezas y debilidades académicas y sociales de sus estudiantes, para tomar acción como agente de cambio o reformador social.
3. Se preocupa por el estado de ánimo de sus estudiantes y saca tiempo para ayudarlos a través de la orientación y colaboración de personal especializado.
4. Respeta los estilos de aprendizaje de sus estudiantes y utiliza diferentes estrategias de enseñanza para explicar el contenido una y otra vez de ser necesario.
5. Toma en serio la reenseñanza, asignando nuevas tareas a sus estudiantes que ayuden a reforzar sus aprendizajes y a mejorar sus puntajes o calificaciones.
6. Asigna tareas o actividades que le permitan a todos sus estudiantes ejecutar satisfactoriamente.
7. Demuestra autocontrol, paciencia y tolerancia ante las situaciones que pueden surgir en clases.
8. Siempre tiene en mente que el estudiante es #1. El estudiante es su razón de ser.
9. Trata a sus estudiantes con igualdad de condiciones y libre de prejuicios.
10. Su toma de decisiones siempre beneficia a todos por igual y no a algunos.
11. Promueve que el estudiante sea el que trabaje por sus logros. Por tanto, no regala notas.
12. A diario refuerza valores éticos como: responsabilidad, respeto, justicia, igualdad, libertad, integridad, orden, tolerancia, solidaridad, lealtad, verdad y la moralidad. Y lo hace a través de ejemplos y situaciones que surgen de su interacción social con sus estudiantes durante el período de clase.
13. Valora a sus estudiantes por su esencia humana y se encamina a que todos logren el éxito anhelado, porque el futuro, es simplemente de ellos.
¡Seamos Humanistas!
¡Los estudiantes sentirán nuestro aprecio!