Reglas de Oro Educativas

      

Reglas de Oro Educativas

 

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    Ser maestro o profesor universitario no es tarea fácil. En primer lugar, porque trabajamos para la formación integral de seres humanos y en segundo lugar, los estudiantes que recibimos en nuestras salas de clases han vivido diferentes experiencias académicas lo cual hace que un estudiante pueda estar en ventaja o en desventaja académica, al tratarse de los conocimientos que ha construído bajo la influencia de otros educadores. Cada maestro o profesor tiene su propio libro para educar o enseñar. Pero, el éxito del proceso educativo se logra cuando el maestro o el profesor incorpora una serie de variables al proceso educativo. Estas variables podrían no ser consideradas por algunos maestros o profesores pues pensarían que son irrelevantes en nuestra sala de clases. 

    En mi experiencia personal me apoyo en que estas variables contribuyen al éxito en los procesos de enseñanza y aprendizaje con nuestros estudiantes. Estas variables las describo como Reglas de Oro Educativas. A continuación las diez reglas:

 

 1. Primer día de clases:
 
          El primer día de clases, en contacto con nuestros estudiantes, debe ser un tiempo para conocer y compartir con los estudiantes, proveer el prontuario y calendario académico que ofrece información sobre los días en que se reunirá la clase, las destrezas que se cubrirán cada día, los criterios de evaluación del curso y algunas consideraciones generales importantes que el estudiante debe considerar para mantener el orden y las normas en la sala de clases. Estas son: asistencia, trabajos asignados, proceso de bajas, plagio, entre otros. El estudiante debe estar bien informado desde el primer día y conocer el proceso al que se expondrá en ese curso. Nunca cambie las reglas establecidas, a menos que cambiarlas, pueda beneficiar a todos.
Mientras se da un proceso de diálogo entre estudiantes y profesor, los profesores estamos siendo evaluados desde el principio por los estudiantes. De modo que, lo que proyectemos y la manera en que recibimos a los estudiantes puede favorecernos o perjudicarnos para todo el semestre. Por tanto, no comience clases ese día pues también las probabilidades de que esté la matrícula completa ese día será baja.  No dar clases ese día no es una pérdida de tiempo sino una ganancia.
 
2. Aprenda el nombre de cada uno de sus estudiantes:
 
          Aprenderse rápidamente el nombre de los estudiantes no es tarea muy sencilla pues hoy día los nombres de muchos estudiantes resultan complicados, difíciles de pronunciar y difíciles de escribir. Pero, el saber los nombres y llamar a cada estudiante por su nombre le deja saber al estudiante que no es una “cosa”, “un número” sino una persona que será tomada en consideración desde el principio. Esta acción le permitirá una confianza y cercanía respetuosa con el estudiante.
 
3. Tómese el tiempo para escuchar al estudiante:
 
         Mientras se da el proceso de enseñanza y aprendizaje tienden a surgir situaciones o diálogos que muy bien podrían estar relacionadas con el material de estudio en la clase y en otras ocasiones no tanto. Pero si surgen, es una alerta para el maestro o profesor. Con esta situación el estudiante está dejando saber que necesita algo más que la destreza del día. A lo mejor una orientación y personas que lo escuchen. Debemos ser agentes sociales, agentes de cambio. Cinco minutos que se tomen de la clase para este proceso no es una pérdida, sino una ganancia de tiempo. El apoyo emocional siempre debe estar presente en las clases.
 
4. Identifique a sus estudiantes con limitaciones en el aprendizaje:
 
         Ningún estudiante se debe dejar atrás. Todos tienen derecho a aprender. Debido a las diferentes experiencias de aprendizaje que viven los estudiantes, el rezago académico podría estar presente. Es nuestra responsabilidad velar porque ellos trabajen de acuerdo al nivel académico requerido. Por tanto, los trabajos y exámenes que se construyan deben proveer oportunidad para que estudiantes especiales puedan realizarlos sin dificultad.
 
5. Evite que el curso esté basado solamente en el uso de presentaciones:
 
         Utilice  diversas estrategias de enseñanza y provea actividades en la sala de clases que estimulen el pensamiento, el análisis y la reflexión. La memorización de información es el primer nivel de pensamiento. Debemos llevar al estudiante al pensamiento estratégico y extendido para que pueda aplicar lo aprendido a situaciones nuevas.
 
6. Cumpla lo que prometa a la clase:
 
         El estudiante es un observador y usted un modelador. Sus actitudes y comportamientos siempre están siendo percibidos por los estudiantes. Si usted promete dulces, traígalos, si usted indica que habrá examen o prueba corta, dela o bono por alguna actividad, otorgue el bono. Su acción demuestra que usted es una persona de palabra y credibilidad.
 
7. Proyecte amor por la enseñanza:
 
          Demuestre a sus estudiantes que usted tiene vocación para enseñar y que no es simplemente un trabajo para ganar un sueldo. El estudiante se da cuenta cuando los profesores o maestros se comprometen con su trabajo. Un educador que ama y vive lo que hace, irradia una energía positiva en la sala de clases.
 
8. Cumpla a tiempo con la corrección de trabajos de los estudiantes:
 
         El estudiante necesita saber si está aprendiendo o no. Eso lo determina la corrección de sus trabajos. Él necesita saber en qué ha fallado para autocorregirse o reafirmar su aprendizaje en caso de que lo haya hecho bien. Es imprescindible que se cumpla con la corrección de tareas para que el estudiante evolucione en su proceso de aprendizaje.

9. Evalúe lo que usted enseña y no lo que no enseña:
 
         Todas las tareas, pruebas y exámenes deben estar alineadas para preguntar lo que se discute y enseña en clases. Nunca se debe evaluar algo no discutido pues aunque sea en referencia a una lectura asignada, la interpretación y atención a aspectos de la lectura podría variar de estudiante a estudiante y el estudiante podría fallar fácilmente.

10. Modele dentro y fuera de su trabajo:
 
         Los maestros y profesores debemos mostrar dentro y fuera de la sala de clases un comportamiento respetable ya que somos formadores sociales, agentes de cambio y dar el ejemplo es nuestro mejor aliado. Debemos recordar que no importa donde estemos seguimos siendo para los estudiantes maestra…, maestro…, profesora…, profesor…
 

“Amemos nuestro trabajo, lo que hacemos, porque lo hacemos para lograr mejores seres humanos y una mejor sociedad. Nuestro compromiso debe ser fiel.”